Siempre me he identificado con aquellos librepensadores que sin perder su compromiso con la humanidad, incluyendo su propio ser, historia y consecuencias, también han aportado algo aun mucho más valioso a la discusión existencial de la vida en sí misma, incluyendo el aspecto espiritual, concepto tan poco comprendido y groseramente manoseado en estos días.

Moviéndose siempre por en medio de firmes y férreos raíles de valor, convicción y verdad. Para que en ningún momento se desviaran de sus más absolutas creencias y aventurarse a saltar, en un suicida acto extremo de incomprensión y desesperación absurda, a un abismo de retorcida retórica y una dialéctica vacía de argumentos, sino que se mantuvieron en su firme decisión hasta que obtuvieron respuestas.

Job, Jacob, Moisés, Elías, Jeremías, Habacuc, Jonás, se pararon frente a la Todopoderosa Divinidad cuando Ésta les requirió una respuesta y respondieron sin titubeos y libres de todo complejo : ¿Por qué?, ¿Por qué tengo que hacerlo yo?, ¿Por qué guardas silencio, te parece bien lo que está pasando en la tierra?, ¡No dejaré de insistir aunque me quites la vida!, ¿No te importa lo que está pasando aquí?, ¡Te he creído y me has defraudado!, Si quieres hacerlo, ¡Hazlo! ¿Qué te lo impide?, ¡Lo siento! No me bastan tu poder ni tus palabras.

Pero al final recibieron profundas respuestas y crecieron como seres integrales, lo que les permitió aventurarse e ir más allá con mayor determinación, hasta traspasar las consecuencias de su propio destino y ganarse un merecido lugar en la historia.

Y mi identificación con la eterna problemática del ser finito frente a las justas exigencias del Infinito no me impide indagar en la compleja y profunda diversidad del humano en sí.

Por eso mis personajes son normales y no seres impecables, es decir que nunca han cometido un error. Pero que poco a poco se van encontrando, en medio de su valle existencial de luces y sombras, con la realidad última que es Dios. Porque es allí donde finalmente encuentra descanso el alma humana.

Mi literatura o mi forma de escribir es sencilla y puede resultar hasta provocativa, no en el sentido de contar escenas que muestren lo bajo, absurdo o indecente de la vida humana, sino que partiendo de la base de esa bajeza ir elevando al ser humano hacia otro tipo de principios que lo muestren como ser humano íntegro y como una criatura que tiene un valor único y extraordinario en la creación.

Es también independiente y librepensadora en el sentido de que escribiré cosas en que algunos no estarán de acuerdo y además obligará al lector a definirse, es decir tomar una posición frente a lo que está leyendo. A favor, en contra o simplemente indiferente, que en el fondo también es una forma de definirse.

Pero también anhelo que sea una clase de literatura que entregue valores y respuestas a las angustiantes inquietudes de una generación sumergida en una profunda crisis existencial.

Mi sueño es ser U2 (como lo es el famoso conjunto irlandés en la música) para una literatura independiente, librepensadora, y a la vez provocadoramente sencilla.