Los alemanes también saben llorar

Los alemanes también saben llorar

Un español de sangre latina intenta profundizar en el alma de uno de los pueblos más ordenados e inteligentes del mundo: el pueblo alemán.

Intercede por una nueva visión de la historia para valorarles ya no como individuos pertenecientes a una ideología excluyente que causó daño en el pasado, sino como personas pertenecientes a un mundo que cada día hace esfuerzos para integrarse entre sí.

Les observa desde el exterior y dialécticamente intenta sacudir de sus conciencias el inquietante peso de un horroroso pasado y ponerlos frente a frente consigo mismos como lo que siempre debieran ser: no una raza pura, sino una raza purificada más dentro del concierto mundial de naciones reconciliadas consigo mismas, con su historia y con el resto del mundo.

Para que puedan ponerse de pie sin temor ni vergüenza frente a la historia, con la vista fija hacia delante y la conciencia limpia ocupando el importante lugar que les corresponde en el fin de los tiempos. Sin nada que esconder, mirando cara a cara a Aquel que conoce el corazón de los hombres y que tiene en sus manos el destino de la humanidad.